En su volumen 8 del año 2021, la publicación especializada Revista de Estudios e Investigación en Psicología y Educación, publicó un artículo titulado Tolerancia a la frustración, estrés y autoestima como predictores de la planificación y toma de decisiones en adolescentes.Este trabajo, recoge los resultados de una investigación que unió a los profesores Rafael Sánchez Marcos (director del Máster en Formación de Profesorado de la Universidad Internacional de La Rioja), Marta Arguedas Morales (actualmente Profesora de Pedagogía Terapéutica del Colegio Josep Tarradellas de Madrid), Marta Martínez Vicente (Profesorado de la Facultad de Educación de la Universidad Internacional Isabel I de Castilla en Burgos) y Carlos Valiente Barroso, investigador y profesor de varias universidades, así como director del Instituto ICIIN.
Dentro del complejo constructo de las funciones ejecutivas, el componente de planificación y tomade decisiones es un pilar básico en el ajuste psicológico de los adolescentes. En este estudio se analiza la relación y el carácter predictivo de la tolerancia a la frustración, la autoestima y el estrés percibido, en la planificación y toma de decisiones. Participaron 161 estudiantes de Madrid (España) con edades comprendidas entre los 12 y 18 años (M = 14.51; DT = 1.74). Losdatos se recogieron mediante la subescala para la Evaluación de la Planificación y Toma de Decisiones de la Life Skills Development Scale – Adolescent Form (LSDS-B), la Escala de la Tolerancia a la Frustración (ETF), la Escala de Autoestima de Rosenberg (RSE), y la Escala de EstrésPercibido (PSS-14). Se realizaron análisis descriptivos, correlacionales y regresión logística binaria.
Los resultados mostraron una alta tolerancia a la frustración, alta autoestima y menores niveles de estrés percibido entre los adolescentes con mayores puntuaciones en planificación y toma de decisiones. El análisis de regresión confirmó que el alto nivel de planificación y toma de decisiones es predicho por niveles altos de tolerancia a la frustración y autoestima, así como por niveles bajos de estrés percibido. Estos resultados ponen de manifiesto la necesidad de seguir aplicando los principios del desarrollo positivo para proporcionar a los adolescentes una mayor protección contra los factores y las conductas de riesgo.